El ministro de Justicia y otros sectores marroquíes muestran su indignación a la medida de dejar a las mujeres alojarse solas en hoteles

Aunque no existía ninguna ley formal como tal, estas normas llevaban décadas llevándose a cabo y, recientemente, se habría acabado con ellas. El medio Le360, a través de fuentes autorizadas, aseguraba que ya no se exige la presentación de un certificado de matrimonio para las parejas o mujeres solas que desearan disponer de una habitación de hotel. Sin embargo se desconoce que esto se haya hecho oficial por parte del Gobierno del país.

Tal como recoge, 'El Periódico', Abdul Latif Wehbe, ministro de Justicia, indicaba la pasada semana que los hoteles que exigiesen el justificante de matrimonio estaban cometiendo una práctica ilegal: «¿No es esto una violación de su intimidad? ¿Cuál es la base jurídica de esta solicitud?», expresó, incluso llegando a decir que los que lo hiciesen «deben ser perseguidos».

Aunque la medida estaba más bien dirigida a los ciudadanos del país, el sector turístico también ha celebrado en mayor parte el fin del requerimiento de este tipo de certificados o justificantes.

Pero esta medida no ha sido bien acogida por todos, pues algunos sectores y políticos no la ven con buenos ojos. Una de las voces que más se han escuchado ha sido ladel líder del Partido Justicia y Desarrollo, Abu Zaid Al-Muqri Al-Idrissi, consideraba que acabar con esta norma en hoteles e instituciones es una invitación afomentar un ambiente de corrupción y vicio, según sus palabras. Desde 'La Razón' recogen' sus advertencias:

«Las consecuencias de cancelar el contrato matrimonial, en particular para la propagación de enfermedades como el SIDA, la infidelidad conyugal y el vivir del honor, lo que ocurrirá incluso entre los pobres», «las mujeres casadas ignorantes a la desintegración familiar, la proliferación de hijos ilegítimos y los peligros para la sociedad y las familias» o que se dirigen a «un tejido social desintegrado y deshilachado», fueron algunas de las opiniones del líder de uno de los partidos más destacados en Marruecos.

«Es un día triste personalmente y una prueba de que la discusión sobre el código de familia y las medidas adoptadas son dos caras de una misma moneda, someterse a los dictados globales y a las medidas occidentalizadoras, radicales, crueles y tormentosas que nos imponen las Naciones Unidas», añadía el político.