Muere Marian Robinson, la madre de Michelle Obama

Conocida cariñosamente como la «primera abuela», como recuerdan agencias como Reuters, Robinson jugó un papel fundamental al ayudar a cuidar a sus nietas, Malia y Sasha Obama, durante sus primeros años en la Casa Blanca.

«Con un empujón saludable, aceptó mudarse a la Casa Blanca con Michelle y Barack. La necesitábamos. Las niñas la necesitaban. Y terminó siendo nuestro pilar en todo», apunta el comunicado de la familia. Nacida en 1937 en el South Side de Chicago, Robinson y sus seis tuvieron que afrontar la separación de sus padres en plena adolescencia y fue testigo de los altibajos extremos de las relaciones raciales en Estados Unidos.

Como recuerdan en el comunicado, a su padre no se le permitió unirse a un sindicato o trabajar para grandes empresas de construcción debido al color de su piel y, por lo tanto, «se volvió desconfiado de un mundo que parecía tener poco lugar para él». Sin embargo, su hija y su yerno llegaron a la Casa Blanca cuando Barack Obama se convirtió en el primer presidente negro de Estados Unidos.

En lugar de codearse con ganadores del Oscar o premios Nobel, Marian prefería pasar su tiempo arriba mirando a la televisión, en la habitación fuera de su dormitorio con grandes ventanales que daban al Monumento a Washington. En este mismo sentido, según ha trascendido, la matriarca hizo grandes amigos «con los acomodadores y mayordomos, la gente que hace de la Casa Blanca un hogar».

Robinson se casó en 1960 y tuvo dos hijos, incluida la ex primera dama. También trabajó como maestra y secretaria, dijo la familia. Durante sus ocho años en la Casa Blanca, la familia dijo que a menudo se escabullía fuera de las puertas para comprar tarjetas de felicitación en las tiendas cercanas y, a veces, otros clientes la reconocían diciendo que se parecía a la madre de la primera dama. «Oh, me dicen eso a menudo», sonreía y respondía.