Estos son los partidos más raros que se presentan en las elecciones europeas

Los electores en Francia pueden votar por el partido Europa Democracia Esperanto, cuya campaña se centra en un objetivo: sumar el esperanto, una lengua inventada en 1887, a la lista de los 24 idiomas oficiales de la Unión Europea.

«Los órganos de la UE funcionan casi exclusivamente en inglés», asegura el partido en su sitio web, «La población europea está aislada de sus líderes».

En 2019, 18.587 miembros del electorado francés votaron por imponer el esperanto como lengua oficial, otorgándole al partido el 0,08% del total nacional. Sin embargo, no fue suficiente para ganar ningún escaño.

En Alemania, mientras algunos partidos intentan persuadir al electorado que ha nacido en este siglo y otros se enfocan en aquellos que viven desde la pasada centuria, el Partei für schulmedizinische Verjüngungsforschung apuesta por aquellos que quieren llegar al próximo milenio.

Además de los partidos tradicionales, los alemanes pueden elegir entre una serie de opciones dedicadas al vegetarianismo, el humanismo y los derechos de los animales. Y también pueden escoger a un grupo dedicado a la investigación biomédica sobre el rejuvenecimiento o detener por completo el proceso de envejecimiento.

En la web del partido se asegura que invertirá 40 mil millones de euros al año de la UE para brindar una «vida saludable ilimitada para todos», prometiendo a los europeos la posibilidad de una esperanza de vida de miles de años. Ya se verá cuántos electores priorizan vivir para siempre.

Si no te gusta que te digan qué hacer y vives en Chequia, tienes la opción de marcar una X junto al partido No voten por nosotros. Un partido que promueve las ideas del anarcocapitalismo —sí, las mismas que Milei—. una corriente que rechaza las imposiciones del Estado y aboga por la libertad.

«¿Por qué fundamos un partido político si no queremos ser elegidos y rechazamos cualquier cargo político?», se preguntan en su página web. «Porque queremos abrir un debate público. Para nosotros, las elecciones representan una oportunidad para hacer llegar nuestras ideas a la gente: por un lado, un enlace nuestra página en la papeleta de cada buzón, pero también la oportunidad de participar en algunos debates preelectorales y explicar en ellos por qué no queremos unirnos a la política».

«Al mismo tiempo, nos comprometemos a rechazar cualquier cargo político que podamos esperar ganar en una elección (lo cual es extremadamente improbable de todos modos, ya que no estamos compitiendo por los votos de nadie)».

Habrá partidos que se tomen la política en serio, pero no es el caso del sueco Partido del Pollo Malvado, que competirá con otros 113 grupos por los 21 escaños que le corresponden al país.

El Ond Kyckling Partiet nació, por supuesto, como una broma, según admite Svante Strokirk, su fundador, que está más interesado en probar qué tan fácil es registrarse formalmente como candidato que en promover ideas políticas.

Este año, espera obtener más de 100 votos, lo que supondría un aumento significativo con respecto a los 39 que obtuvieron los pollos malvados en las recientes elecciones nacionales.

En Ucrania, un comediante comenzó a burlarse de la política y terminó dirigiendo, con la seriedad de un jefe de Estado, la defensa de la invasión rusa.

Algo similar podría suceder con el partido del Perro de Dos Colas, que comenzó en Hungría, hace casi veinte años, mofándose de la política tradicional, pero que ahora asegura ser mucho más que una broma. A pesar de mantener su lado irónico.

La candidata principal, Marietta Le, asegura que su partido está «llamando la atención sobre los problemas de la vida pública y la política» a través de un «pensamiento a largo plazo basado en la comunidad» y confía en que el Perro ganará al menos un escaño. También está en conversaciones para unirse al grupo Verde del Parlamento si lo logran.

«No necesitamos mesías», asegura Le, «necesitamos miles de personas que se esfuercen por hacer de este país un lugar mejor». «Nosotros somos un partido divertido y los demás son bromas».

«En la política actual, la gente dice lo que consigue votos, y nosotros también lo haremos», asegura Martín Sonneborn, comediante y fundador de Die Partei, El Partido y que espera obtener un tercer mandato en el Parlamento Europeo.

Además de limitar los precios de las cervezas y los kebabs, El Partido quiere construir un muro, según establece el último capítulo de su programa. Aunque no tiene nada que ver con la frontera Este-Oeste que alguna vez separó a Alemania. Es una forma de 'engañar' o beneficiarse del 20% de los alemanes o 30% de los berlineses que quieren recuperar 'el muro'. Algo que su líder lo describe como un «vehículo populista». «Creo que es mejor que consigamos los votos que algunos radicales de derecha».

En su plan de gobierno, sarcásticamente El Partido también se compromete con aplicar «el doble de justicia que el SDP», «vincular los salarios de los gerentes con la talla de sujetador», cambiar las pruebas en animales por pruebas en atletas de alto nivel, dejar la atención médica en el campo en manos de los veterinarios y pedir a los tribunales alemanes que reconozcan que la justificación «fue Putin», exime al acusado de cualquier responsabilidad.