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Tenis / Los 14 mordiscos de Nadal

2011, el sexto Roland Garros de Nadal: Aquel Isner que tambaleó el sueño de igualar a Borg

Recorre un escalofrío la Philippe Chatrier aquel 24 de mayo, en el estreno más difícil del balear en París

2010, el quinto Roland Garros de Nadal: La venganza ante Soderling

Rafael Nadal, con su sexto título en Roland Garros AFP
Laura Marta

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Había terminado 2010 como número 1 del mundo, conquistado su segundo Wimbledon, pero al curso siguiente surge con un ogro llamado Novak Djokovic que se convertirá en pesadilla y reto. Es un año complicado, en el que cae en semifinales de Doha con Davydenko, en cuartos de Australia con David Ferrer y en marzo comienza una racha negativa porque encadenará siete finales perdidas contra el serbio: Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, Wimbledon y US Open.

Una losa mental que pesa también al iniciar Roland Garros. Porque las ganas de defender su territorio son tantas que acusa la precipitación, las prisas, el nerviosismo, y se une a un John Isner descomunal que no solo tiene buen saque, sino que se mueve de maravilla en la Philippe Chatrier y hace tambalear durante mucho rato el sueño de un sexto título en París, con el que alcanzar a la leyenda Bjorn Borg.

«Rafael no conseguía tocar bien al pelota y eso le daba mucha intranquilidad», confesaba por aquel entonces su tío Toni. Porque era solo una primera ronda, pero se convirtió en casi una final (6-4, 6-7 (2), 6-7 (2), 6-2 y 6-4). Impoluto el estadounidense en su planteamiento, firme desde el fondo y con mucha confianza, desplegó un tenis descomunal, impropio suyo tan resolutivo y eficaz en la pista dura. Pero sorprendió al planeta tenis porque decantó dos tie breaks a su favor y desató los rumores de una salida temprana del balear después de 44 triunfos y solo una derrota. Esos dos sets ganados lo hicieron único durante muchos años, pues solo tres tenistas le han arrancado dos sets al balear en París que, recordemos, ganó las dos ediciones precedentes sin perder ninguno: Djokovic en 2013 y Auger-Aliassime en 2021.

«Isner debería haberme ganado en aquel partido», señaló el propio Nadal años más tarde. Pero aguantó el chaparrón, las voleas increíbles de Isner y se hizo fuerte desde el fondo. Tanto como para remontar esos dos sets y acabar por robarle el sueño al estadounidense. «La forma en que jugó en el cuarto y quinto set… nunca había visto un tenis como este. Con el 30-30 del último partido necesitaba oxígeno, estuve a punto de sentirme mal», diría después.

El rey de la tierra defendía feudo en una primera ronda agónica de cuatro horas y un minuto y fue un balón de oxígeno para los pasos siguientes. Todavía le costaría un poco liberarse del nerviosismo ante Pablo Andújar (7-5, 6-3 y 7-6 (4)), pero se liberó ante Veic (6-1, 6-3 y 6-0), Ljubicic (7-5, 6-3 y 6-3), Soderling (6-4, 6-1 y 7-6 (3)) y Andy Murray (6-4, 7-5 y 6-4).

Temía Nadal que la final fuera contra Djokovic. Otra final como la que había perdido en Indian Wells, Miami, Madrid, Roma, y perdería después en Wimbledon y US Open. Pero llegó para 'salvarlo' su rival más íntimo: Roger Federer.

El suizo, que había anulado la racha del español de 81 triunfos sobre tierra, volvió a ser el que acabara con otra superioridad alargada en el tiempo: las 41 victorias de Djokovic en aquel 2011. En el partido 42, toda una semifinal de Roland Garros, el mejor Federer. «Djokovic era el mejor en ese momento y llegaba con una racha increíble, pero tuvimos la suerte de que Federer le ganó semifinales, en un partidazo», admitía Toni Nadal.

Pero ya en la final, el mejor Nadal pudo con el suizo, al que le desequilibró ese efecto venenoso del balear en su revés, y pasó de un 90 % de porcentaje en su primer saque en los dos primeros capítulos a solo un 63 % en el tercero y el cuarto. «Al salir a jugar contra Federer, teníamos la convicción de que lo ganaríamos porque ya lo habíamos hecho otras veces. Fue una final complicada, con tres sets muy igualados», recordaba Toni Nadal, que resumía así ese título de 2011: «El más difícil». Y así lo asumía el tenista: «Sufrí mucho en aquel Roland Garros». Pero ahí estuvo el mordisco en la Copa de los Mosqueteros, el sexto, para igualar a un Bjorn Borg que fue el encargado de darle el trofeo en esa Philippe Chatrier a la que le recorrió un escalofrío aquel 24 de mayo, en el estreno de Nadal.

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