Especial inversión responsable
La descarbonización del acero: redefinir la cadena de valor y el papel de las compañías mineras de hierro
Albertine Pegrum-Haram, asociada principal de Inversión Responsable de Columbia Threadneedle, explica las razones por las que la transición energética es una transición de materias primas
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La industria mundial del acero supone actualmente entre el 7% y el 9% aproximadamente de las emisiones globales anuales de CO2. En algunos países, como China, Corea del Sur y Japón, las emisiones del sector del acero representan casi el doble de la media mundial, y se situaron en un 15%, un 14% y un 12%, respectivamente. Se prevé que la demanda de acero siga creciendo. No obstante, hacen falta ingentes cantidades de capital para conseguir que las elevadas emisiones de este sector se acerquen al nivel de cero, tal y como prevén las hojas de ruta climáticas de algunas grandes regiones productoras de acero como China, Estados Unidos y la UE. Esto tiene unas grandes repercusiones para el mineral de hierro, la principal materia prima para la producción de acero.
Habida cuenta de la escala y la urgencia de la descarbonización del acero, creemos que un tema importante (y a menudo ignorado) de la transición climática es el papel de las compañías mineras de hierro en dicha descarbonización. Las compañías mineras presentan la oportunidad de contribuir a las reducciones de emisiones del mundo real colaborando con el sector siderúrgico para suministrar los «ingredientes» del acero verde y respaldar la descarbonización.
Cómo se fabrica el acero y cómo puede descarbonizarse?
Una tonelada de acero produce una media de 1,9 toneladas de CO2, si bien los perfiles de emisión pueden ser muy diferentes según el modo de producción.
La producción de acero consta de dos procesos principales: la fabricación de hierro y la de acero. En la primera etapa, el hierro se extrae del mineral y se convierte en aleaciones (arrabio o esponja de hierro). Esta suele ser la parte del proceso más intensiva en carbono y a menudo utiliza carbón metalúrgico. En la segunda etapa, el hierro se convierte en acero en un horno. Ambas etapas requieren una gran cantidad de energía, y el perfil de las emisiones depende de la elección entre carbón, gas o hidrógeno.

«Las innovaciones recientes han convertido el acero de bajas (y cero) emisiones en una realidad»
Albertine Pegrum-Haram
AAsociada principal de Inversión Responsable de Columbia Threadneedle
La chatarra reciclada puede sustituir el arrabio o esponja de hierro, lo que eliminaría la etapa que produce más emisiones de carbono y crearía acero reciclado (o secundario). El acero virgen (o primario) tiene una huella de carbono más elevada que el acero de chatarra (reciclado); no obstante, a escala mundial, la chatarra cuesta más que el mineral de hierro de baja calidad, lo que reduce los incentivos para reciclar en vez de invertir en acero primario barato.
Producir acero verde
Reciclar más y mejorar la eficiencia energética cobra vital importancia para descarbonizar la industria siderúrgica. No obstante, no hay suficiente chatarra para toda la producción, y las mejoras de eficiencia energética tienen unos límites. Incluso las proyecciones más ambiciosas prevén que la chatarra solo represente un 50% de la producción de acero mundial para 2050, un alza con respecto al 30% actual. Las adquisiciones recientes de empresas de chatarra por parte de grandes siderúrgicas como ArcelorMittal, Steel Dynamics y Salzgitter indican que el reciclaje se considera un pilar importante para reducir las emisiones de carbono. No obstante, queda patente que el sector necesita acero primario verde para reducir las emisiones globales mientras se sostiene el crecimiento.
El acero primario verde puede producirse principalmente mediante dos tecnologías disponibles: 1) la ruta DRI-H2-EAF, que puede acercarse a las cero emisiones si se utiliza hidrógeno verde para la reducción directa y electricidad de origen renovable para alimentar el horno de arco eléctrico. O 2), mediante la captura y almacenamiento del carbono. En el escenario de cero emisiones netas de la AIE, un 8% del acero mundial se producirá mediante una de estas dos rutas de aquí a 2030, comparado con un 0% hoy en día. Puesto que la captura y almacenamiento del carbono se enfrenta a una escasez de infraestructuras y tuberías y unos elevados costes del capital en muchas regiones, la ruta DRI-H2-EAF se considera en general la más prometedora.
Reconfiguar la cadena de suministro
La descarbonización de la producción de acero implicará reconfigurar la cadena de suministro del mineral de hierro.
En términos históricos, los combustibles fósiles han sido una parte integral de la producción de acero. No obstante, las innovaciones recientes han convertido el acero de bajas (y cero) emisiones en una realidad al sustituir los combustibles fósiles por hidrógeno verde y electricidad de origen renovable. Un aspecto crucial para las compañías mineras estriba en que producir «acero verde» a partir de hidrógeno no requiere carbón, pero sí un mineral de hierro de mayor calidad, con menos impurezas. En la actualidad, el mineral de hierro de alta ley solo representa una pequeña proporción del total que se extrae. Por ejemplo, solo entre un 2% y un 4% del mineral de hierro del mercado marítimo es >67% Fe, lo que apunta a un posible déficit futuro.
Una transición hacia el acero verde situará a los proveedores de minerales de hierro de alta ley (y pocas impurezas) en una posición estratégica y reducirá la demanda de carbón metalúrgico.
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