Perdigones de plata
Operación anaconda
El naturalista no sólo nos mostró la fertilidad de las selvas, sino también lo fecundo de nuestro idioma
Bola de fuego
Orejas de coliflor
Irrumpía desde el nebuloso horizonte un rústico esgrimiendo un garrote de trancazo inminente. Trotaba hacia la cámara y, entonces, vociferaba aquello de «¡El lobo, el lobo!» mientra sonaban esos acordes del gran Antón García Abril que te retorcían el alma de la pura emoción. Aquella ...
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