Editorial
Una Fiscalía sin margen para reformarse
Abordar cualquier reforma estructural sin la Asociación de Fiscales solo contribuiría a desacreditar aún más al Ministerio Público
Tras el plante de la Asociación Independiente de Fiscales, minoritaria, ahora es la mayoritaria Asociación de Fiscales la que amaga con retirarse de la mesa en la que se negocia la reforma del Estatuto Fiscal, en paralelo a la Ley de Enjuiciamiento Criminal por parte del ministro de Justicia. El fiscal general del Estado no ha dudado en los últimos días en sumarse a la 'teoría del fango' y acusar de forma implícita a los fiscales de compartir «objetivos» con los partidos políticos.
Álvaro García Ortiz no solo ha sido desautorizado por el Supremo y reprobado por el Senado, sino que ha hecho del sectarismo que ya mostró como portavoz de la Unión Progresista de Fiscales su seña de identidad en un Ministerio Público que le ha dado la espalda en un momento crítico, marcado por la falta de credibilidad e imparcialidad. Abordar cualquier reforma estructural en estas circunstancias solo contribuiría a desacreditar aún más a una Fiscalía que el propio presidente del Gobierno se encargó de considerar dependiente.
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