De brutal atracador a testigo del asalto a un empresario chino en Cobo Calleja
Un juzgado absuelve a un delincuente con antecedentes acusado de liderar una banda organizada tras considerar que causalmente estaba en el establecimiento porque fue a recoger el móvil que había dejado allí para repararlo
Intervienen 13 vehículos de alta gama y 1,5 millones en efectivo en una trama de blanqueo que actuaba principalmente desde Madrid

A principios de año, saltó la noticia de la detención de seis individuos, muy peligrosos, acusados de asaltar brutalmente un establecimiento chino en el polígono Cobo Calleja, en Fuenlabrada.
Eran las 11.52 de la mañana del 5 de enero cuando la banda, con las caras tapadas y armada con una pistola simulada, un machete y una barra de hierro entraron en el negocio. Amedrentaron, empujaron y golpearon al comerciante, para que les entregara todo el dinero de la caja. Pero un vecino sorprendió a los criminales, que salieron huyendo.
Los sospechosos fueron detenidos ese mismo día y desde el de Reyes estaban en prisión provisional, acusados de robo con violencia y tenencia ilícita de armas, con el agravante de uso de disfraz.
En esta causa se señalaba como cabecilla al español A. M., único asaltante que no se cubrió la cara y para quien el Ministerio Fiscal pedía 5 años de prisión.
Sin embargo, sus defensores, de Ospina Abogados, pusieron sobre la mesa una versión muy distinta, que ha sido la que ha prevalecido por el juzgado de Móstoles que lleva el caso. El escrito de defensa aduce que el encartado «despertó esa mañana de su casa de Madrid»: «Después de pasar la noche con su novia, pidió un taxi y acudió al establecimiento objeto del asalto para recoger personalmente su iPhone 12, que había dejado reparando».
Ospina defiende que, una vez ya en el interior del establecimiento, alrededor de las 11.40 horas, llegó «un grupo de personas totalmente desconocidas» para su patrocinado: «Lejos de lo que sostiene el Ministerio Fiscal y de manera totalmente fortuita y para su mala suerte, al percatarse de que estaban perpetrando un atraco, con el ánimo de apaciguar los ánimos y que no se produjeran daños personales, intermedió entre ellos, llegando a sujetar al propietario no para asaltarle, sino para evitar contacto entre asaltantes y atracado».
Así, la defensa considera que la «acusación que se formula contra A. M. es errónea», y ha solicitado la absolución contra él.
Finalmente, el juzgado de lo Penal número 5 de Móstoles, a la vista de la ausencia de pruebas directas contra el acusado y del testimonio del propio atracado (que no dudaba de las buenas intenciones del acusado)lo ha declarado inocente.
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