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La desconocida utilidad del gotelé en las paredes y techos de las casas en España que muchas personas desconocen

Esta técnica ha ido cayendo en el desuso en las últimas décadas pero tenía una clara misión

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El gotelé es uno de los elementos que más se retiran a día de hoy durante las refomas de pisos ABC

A. C.

Barcelona

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Las nuevas generaciones quizás se sorprenden al ver este tipo de paredes pero lo cierto es que el gotelé fue durante décadas, y especialmente a partir de los años sesenta, un clásico en los hogares españoles. Las paredes de muchos pisos estaban acabadas con esta técnica tan peculiar: si bien cocinas y baños solían estar con baldosas, en el resto de estancias nadie discutía estos acabados.

La técnica no tenía secreto y era fácil de aplicar: mucha pintura (preparada específicamente para la ocasión con cola o acabadas con pastas densificantes) esparcida de manera que, al ser aplicada, fuera dejando grumos o gotitas en la pared. Su resultado dejaba una superficie rugosa y muy vistosa.

Con el paso de los años y, sobre todo, la introducción de nuevos materiales de construcción como los tabiques de pladur el gotelé ha ido claramente a la baja: las nuevas obras ya no lo incluyen y muchos, al realizar reformas o pintar el piso, piden retirarlo expresamente porque desagrada (a veces incluso siendo despreciado).

Su misión y cómo retirarlo

Entre una cosa y otra, sin embargo, lo que menos saben quienes se plantean eliminarlo de sus viviendas porque la ven anticuada es que el gotelé tenía una misión principal, y no era estética o una cuestión de moda: esta técnica servía para camuflar imperfecciones en la pared. Así, a mayor espesor de esta pintura se daba por hecho de que la calidad de construcción era inferior.

En todo caso, gracias a ello se podían esconder grietas no muy importantes pero también desniveles o daños en el estucado, por lo que durante el boom inmobiliario de los años sesenta fue una opción muy defendida por promotores para ocultar así cualquier imperfección en la construcción. Además, con el paso de los años las paredes acababan siendo más resistentes.

A día de hoy, sin embargo, está en desuso porque hay otras alternativas de construcción y porque por lo general los ciudadanos prefieren paredes lisas. Afortunadamente para quienes lo detestan, sin embargo, hay que decir que a día de hoy el gotelé se puede retirar.

Existen varias técnicas para que desaparezca, siendo las más populares el raspado del gotelé (previamente humedecido), el uso de máquinas lijadoras (que provoca una gran polvareda) o la aplicación de pastas para rellenar la textura inicial (siempre que la pared inicial sea resistente) y dejar las paredes lisas. En todo caso, son opciones que cuestan dinero por lo que muchos acaban conservando esta textura tan particular.

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