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Provincia

El resurgir del agua hace brotar un paraíso en las Sierras Subbéticas de Córdoba

Los expertos explican que el modo en que llovió en Semana Santa, por intensidad, duración y zonas, sumado a la composición del macizo, propicia que el preciado elemento brote donde no se veía hace años

El espectáculo del agua sigue en la Subbética

La Gancha, el aliviadero de conducción de agua de la fuente de Bernabé, que abastece a Carcabuey JUlián García
Julia García Higueras

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Paraíso, espectáculo o, simplemente, la naturaleza recobrando toda la exuberancia de antaño. Las abundantes lluvias que regaron la Subbética en Semana Santa hicieron brotar el agua en lugares por los que muchos sabían que pasaba alguna vez, pero no habían podido verla con sus propios ojos.

Manantiales, gargantas, cascadas, ríos y arroyos recobran el brío. El modo en que cayeron las precipitaciones, sostenidas en el tiempo, y el lugar, con grandes cantidades vertidas sobre las zonas de sierra, sumado a la composición caliza del macizo de las sierras crearon la tormenta perfecta para que el agua mane con fuerza: imparable, libre, salvaje.

Julián García, presidente de la junta rectora del Parque Natural de las Sierras Subbéticas, constata a ABC la gran transformación que se ha producido: «Ha llovido mucho y muy seguido con esta última borrasca, el año no estaba siendo especialmente malo, pero esta Semana Santa ha llovido todos los días y como culmen el Sábado Santo en Cabra se midieron 59 litros por metro cuadrado, que son muchísimos».

Toda ese agua acumulada ya se apreciaba el Miércoles Santo, se notaba que los nacimientos habían cogido mucha agua. Apunta que a 5 kilómetros, en la Sierra, cae mucha más cantidad.

«Allí, donde todo es material calizo, se filtra el agua con mucha facilidad en la caliza, tenemos un sistema subterráneo: los acuíferos son muy buenos porque acumulan mucha agua, pero luego la sueltan muy poco a poco. el agua se filtra poco a poco». Por los manantiales el agua «surge de una forma muy pausada y al subir el nivel de agua que va entrando por la superficie aparecen las surgencias que están dormidas: lo que en la comarca se llaman los reventones».

El reventón de los Caños de la Cuesta de Luque, un fenómeno geológico que sólo se ve excepcionalmente JUlián garcía

Son lugares en los que surge el agua a borbotones y crea un río con una fuerza impresionante. En el valle de Bernabé, entre Carcabuey y Luque, han surgido tres, uno de los cuales no se veía desde hacía décadas. Ha hablado desde siempre con pastores que le apuntaban por dónde salía agua.

Y este año sí los ha visto por primera vez en sus 60 años de vida. También se ha topado con fuentecitas mucho más humildes. Los caños del barranco de los Pozuelos han dejado estampas impresionantes y el manantial de Zambra también se encuentra pleno.

Socialmente, han creado sensación los saltos de agua de las Chorreras, el río La Hoz en Rute, el cauce del Bailón a su paso por Zuheros. Pero ésa es agua que se baja, circula en superficie y se va, pero lo crucial, como subraya Julián García, es que se ha filtrado mucha mayor cantidad de ése agua que se ve y los manantiales drenan poco a poco. Se fija este experto en que todos los municipios de la mitad sur de la provincia de Córdoba se abastecen de los manantiales de la Subbética.

La estación de Aemet de Cabra, junto a la Fuente del Río, recogió 535 litros de agua en todo el año agrícola y en marzo, 208. En el Santuario de la Virgen de la Sierra, 850 litros por metro cuadrado; y en el Cortijo de las Majadas, 965 litros por metro cuadrado. «Eso, filtrándose al subsuelo, es un auténtico tesoro».

El río Bailón, en plena crecida en el cañón del mismo nombre, junto a Zuheros JUlian garcía

En las Subbéticas llueve mucho porque los frentes que llegan del Atlántico «entran sin oposición por todo el Valle del Guadalquivir, de oeste a este y no encuentran oposición hasta que llegan a nuestras sierras, que tienen una disposición como en pantalla: se encuentran con una muralla de roca que sube unos 800 metros con respecto del suelo de la Campiña y cuando los frentes se ven obligados a superar ese obstáculo formidable que son las montañas de la Subbética, en ese cambio de altitud descargan con más fuerza». Ahí radica la diferencia de lluvia caída en sierra o en casco urbano. Y en la zona oriental del Parque, también descarga menos porque las nubes se vacían sobre la parte central.

La experiencia les dice que cuando superan los 300 litros por metro cuadrado, los manantiales ya lo demuestran. La fuente de la Fuenfría (Sierras de Zuheros), la desembocadura del Cañón del río la Hoz, en Rute es un escenario espectacular en épocas de crecida. El río Bailón en plena crecida en el cañón del mismo nombre, junto al pueblo de Zuheros. La Gancha está recibiendo multitud de visitas y merece verse también el reventón de los Caños de la Cuesta de Luque.

¿Por qué se muestra ahora el agua en puntos donde desde hace tiempo no? Antonio Jesús González Barrios, geólogo, profesor asociado en la Universidad de Córdoba y director del Laboratorio de Geotécnica de la Junta de Andalucía, explica que al llover el agua escurre por las laderas a los ríos cuando el territorio es impermeable, de tipo arcilla. Pero en zonas kársticas como las Subbéticas el agua cae a la superficie «no toda escurre por superficie de terrenos impermeables y en las zonas calizas y permeables el agua se introduce en el terreno». Cuando hay una zona deprimida impermeable se forma una laguna estacional como la Dulce en Lucena, la del Rincón o la del Conde.

González Barrios fue en el pasado secretario de la junta gestora del Parque Natural de las Subbéticas y alude al Polje de la Nava de Cabra, un caso radicalmente distinto: en ese caso al llover el agua no sale por el Bailón, el río más próximo, sino que entra en las calizas, y cuando las chorreras están activas esto quiere decir que el acuífero superior del Polje está lleno para rebosar arriba.

«Las calizas subbéticas, jurásicas y cretácicas, están alojadas y encajadas en los materiales de edad Triásica de arcillas y yesos. Éstas almacenan el agua como esponjas yendo este agua al fondo y se recarga el acuífero de base. Las rocas calizas que componen este acuífero no son homogéneas, y así disponen de niveles menos permeables que retrasan que el agua a veces baje tan rápido. Se presentan, así manantiales en altura que surgen de acuíferos colgados que se manifiestan muchas veces a lo largo del tiempo y sólo en periodos de grandes lluvias y cortos plazos de tiempo. Su manifestación tiene más que ver con la recarga y el almacenamiento que con la falta o no de lluvias», ilustra.

«Ningún manantial ha surgido nuevo, simplemente no recordamos estas manifestaciones naturales»

Antonio Jesús González Barrios

Geólogo y profesor asociación a la UCO

En La Hoz de Rute se llena el acuífero de base pronto por concentración rápida del agua y así desborda este almacén en el manantial muy rápido. Es el calco de lo sucedido en grandes manantiales de base kárstica, como la Fuente del Rey de Priego, Marbella en Luque, la Fuente del Río de Cabra y Fuente Alhama.

Este investigador llama a no mirar el fenómeno con «una visión sesgada» porque «es un proceso hidrogeológico natural que viene funcionando desde siempre en base a los fenómenos y características del medio subterráneo y de forma periódica en función de la cantidad y distribución temporal de las lluvias también periódicas en el tiempo. Solemos tener mala memoria climatológica y de sus manifestaciones».

Recuerda que hacía 10 años de que no llovía «en esta cantidad ni en esta distribución temporal. Ningún manantial ha surgido nuevo, simplemente no recordamos estas manifestaciones naturales, como tampoco otras en mayor escala de tiempo y de forma periódica, pues los humanos nos movemos en la escala vital de 80 años y la naturaleza funciona en una gran escala temporal».

Recalca la importancia de gestionar el agua con conocimiento hidrogeológico integrando aguas subterráneas y superficiales donde se evalúe el balance hídrico completo considerando las extracciones de agua subterránea en pozos y usos, para lo que es precisa una racionalización. Emproacsa capta agua por ejemplo de los acuíferos de base para la red de los pueblos, pero seguirá siendo necesario que llueva así en el futuro para volver a reponerse. «El agua de lluvia circula por caminos y ritmos naturales, pero va sujeta a la economía de la zona».

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