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Debate de investidura

Pontón anuncia que el BNG operará como un «gobierno alternativo» frente a un Rueda que «empieza mal»

La portavoz nacionalista, que propone una reunión al presidente en funciones para «unir fuerzas», lo acusa de «demagogia» y de formar parte de la «Cofradía de la Perpetua Crispación» impuesta por Feijóo

Ana Pontón, portavoz del BNG, este jueves en el debate de investidura, en el Pazo do Hórreo MIGUEL MUÑIZ
Pablo Pazos

Pablo Pazos

SANTIAGO

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A lo largo de la XII legislatura gallega, que está todavía dando sus primeros pasos, el BNG va a «funcionar como un gobierno alternativo» que expondrá lo que haría un ejecutivo con los nacionalistas al frente. Lo que pudo ser y no fue el 18F. En paralelo a una «rigurosa labor de control». Palabra de Ana Pontón, segundos antes de prometer «humildad», en su primera intervención en la segunda jornada del debate de investidura del presidente de la Xunta, en el Parlamento de Galicia.

Esto, frente a un PP y un Alfonso Rueda a los que ha acusado de «demagogia», plasmada el martes en el discurso del candidato en la Cámara; y de formar parte de la «cofradía de la perpetua crispación» -una enmienda a la "cofradía de la perpetua negativa" que acuñó el mandatario 48 horas antes-, por orden del presidente nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo, desde Madrid, a juicio de Pontón. «Empieza mal», recriminó la portavoz del Bloque al presidente en funciones, al que minutos más tarde ha propuesto una reunión para «unir fuerzas»; y a la que llevaría su cuádruple propuesta de pacto: sanidad, vivienda, energía y «regeneración democrática».

Pontón, la única a la que Miguel Santalices, presidente de la Cámara, tuvo que dar un 'toque' por excederse el tiempo pautado, comenzó citando a Nelson Mandela y de ahí pasó a anunciar que su grupo impulsará una iniciativa para rompe relaciones con Israel, que el Estado español deje de venderles armas y que se juzgue a Benjamin Netanyahu por crímenes contra la humanidad. De ahí a la OTAN o Argentina; y en una pirueta inesperada, la acusación a Rueda de haber despachado el martes un discurso «vacío y demagógico».

Al en unas horas presidente investido le acusó de haber tirado de «manual de demagogia», caer en el «absolutismo», no escuchar a quienes piensan de forma «diferente» a la suya y sentirse más «cómodo» en el pasado que en el futuro. Por encima, afirmó, evidenció que no tiene proyecto y quedó «desnudo» en el hemiciclo. Políticamente. Mientras, Olalla Rodil, la más entusiasta en sus aplausos, bien extendidos los brazos, asentía, como Noa Presas, puntuando los distintos mensajes de su jefa. En la 'grada', correligionarios como Miguel Anxo Fernández Lores, alcalde de Pontevedra, o Mini Rivas, exdiputado autonómico.

«Salga de su realidad de telexornal, señor Rueda», exhortó Pontón mientras enumeraba los múltiples males de los que culpa a los 15 años de gobiernos del PP, en todos los ámbitos, pero con especial énfasis en su «abrazo» a un «puñado de multinacionales», fomentando el «expolio eólico». Ahí estaba abonado el terreno para entrar de lleno a defenestrar el proyecto de Altri en Palas de Rei, al que dedicó un buen tramo de su discurso: «bomba ambiental», «agresión medioambiental descomunal», «macrocelulosa contaminante» en el «corazón» de Galicia, "golpe mortal". No van a «permitir» que se instale, retó. "Industrializar Galicia, sí; contaminar Galicia e hipotecar el futuro de las siguientes generaciones, no, señor Rueda", remachó.

Reunión Pontón-Rueda

Según Pontón, es tan sencillo como que la Xunta, a partir del lunes, cuando el gobierno deje de estar en funciones, "aproveche" la "oportunidad" que le ofrece el Bloque, "haciendo el trabajo que no hacen" los conservadores, remarcó la dirigente frentista; sirviéndose del camino allanado por el pacto de investidura, exhibido de nuevo como trofeo. Y casi piedra angular para que, si Rueda antepone el "interés" de Galicia al del PP, abra la puerta a nuevas competencias o se reclame un sistema de financiación "justo". Algo de lo que hablar en esa reunión a la que animó al presidente a ponerle fecha. Aquí el Bloque aboga por reclamar el 90% del IRPF e IVA; que el Impuesto de Sociedades "forme parte de la cesta tributaria" gallega para recaudar más de 1.700 millones al año; y que tributen "aquí" las empresas, como las eléctricas, que desarrollan su actividad en la región.

Escasa novedad en los cuatro pactos "de país" desplegados por Pontón. En sanidad, 25% de gasto para Primaria, con nuevo modelo, garantizar pediatra para todos los gallegos. En vivienda, plan de compra masiva de inmuebles desocupados, para habilitar 9.000 viviendas en alquiler con precio tasado. En lugar por apostar por la construcción, como hace la Xunta. En energía, lo de siempre: tarifa gallega y empresas 100% pública de energía. El apartado de regeneración democrática sirvió para poco más que para acusar de ocultar información del Sergas y señalar de nuevo a las contrataciones durante la pandemia.

Propuestas que pidió al líder del PPdeG que «no desprecie», ni su «mano tendida» -después de desdeñar la de Rueda al martes-; aunque, en todo caso, dejó claro que ellos, «tanto si contamos con su colaboración como si no», van a seguir trabajando por los gallegos, con un grupo parlamentario reforzado, no dejó de presumir. El remate, conciliador, diplomático cuanto menos: deseando «aciertos» a Rueda, pese a sus «evidentes discrepancias», porque el BNG, proclamó, «siempre quiere lo mejor para el país y los gallegos y gallegas».

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