Detenido un preso fugado de Ocaña por una agresión sexual a una prostituta, rociarla con wiski y amenazar con prenderle fuego
Apareció encapuchado y con una pistola en una casa clandestina de citas en La Puebla de Montalbán
Daniel, el joven concejal de un pueblo de Toledo que dimitió presionado por una «campaña» de vídeos y fotografías sexuales

Aprovechó un permiso carcelario en Ocaña para no volver, cometer presuntamente varios robos en la provincia de Toledo y también una agresión sexual en La Puebla de Montalbán. En este municipio de la comarca de Torrijos, lugar de nacimiento del escritor al que atribuyen ‘La Celestina’, el recluso huido estuvo con un amigo en una casa clandestina de citas situada en el extrarradio. Se marcharon después de pagar, pero los dos regresaron de madrugada encapuchados.
El fugitivo iba armado con una pistola y humilló a una prostituta, a la que agredió sexualmente, echó wiski por la cabeza y amenazó con prenderle fuego, además de robarle algunos efectos personales. Así lo contaron la denunciante y una compañera a la Guardia Civil, que ya tenía abierta una operación a la que habían llamado Meganto-Cantúa.
Esa presunta agresión sexual y robo con violencia sirvieron para identificar al individuo que los agentes buscaban desde hacía semanas por una retahíla de delitos cometidos supuestamente después de no volver a prisión. La Guardia Civil lo tenía fichado como un delincuente muy peligroso porque, a sus 35 años, sumaba un largo historial, con 160 delitos y casi 50 detenciones.
Con él fugado, se habían cometido varios robos en domicilios de Bargas y Olías del Rey, de donde se habían llevado joyas, dinero y aparatos eléctricos, entre otros efectos, a finales del pasado año. Un mes después, se habían repetido unos hechos con el mismo 'modus operandi' en ambas localidades, cercanas a Toledo capital, aunque en Olías del Rey se agravó: en una vivienda, un matrimonio septuagenario fue intimidado y amenazado por un hombre que los apuntó con un arma corta de fuego para hacerse con un botín de joyas y dinero.
Que la denunciante y su compañera reconocieran al hombre que la agredió en la casa de citas, ayudó a la Guardia Civil a cerrar el círculo y centrarse definitivamente en un tipo que no había regresado a la prisión de Ocaña después de un permiso. Con todo, los investigadores trazaron un amplio dispositivo en las inmediaciones de Pantoja y Bargas, dos poblaciones separadas por 25 kilómetros, para detenerlo.
Pero no fue fácil ponerle los grilletes a este vecino de la comarca toledana de La Sagra. Cuando iba a ser arrestado, se dio a la fuga en su vehículo, intentó atropellar a un guardia y dañó un vehículo oficial. Se le localizó ese mismo día y entonces sí fue detenido al volante de un automóvil sustraído, que además tenía falsificadas las placas de matrícula y el número de bastidor. Luego el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Illescas decretó su ingreso en prisión.
Esta operación, que la Guardia Civil ha difundido este jueves, estuvo capitaneada por el equipo Roca y el de Policía Judicial de Illescas. Contaron con la colaboración de agentes de los cuarteles de Bargas, Villaluenga de la Sagra, Olías del Rey y Torrijos, además del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT) de Castilla-La Mancha.
La investigación aclaró finalmente la presunta autoría y el peligroso delincuente fue arrestado por una veintena de delitos: siete robos con fuerza en las cosas; dos robos con violencia e intimidación; tres atentados a agente de la autoridad; otros tres de desobediencia grave; dos más contra la seguridad del tráfico, un robo de vehículo y otro de falsificación de documento. Por supuesto, la supuesta agresión sexual, cuya denunciante ha sido clave en la Operación Meganto-Cantúa.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete