
Comienza el día
con muy buena cara.
Todo perfecto
hasta que, en busca del pan y la poesía,
salgo a la calle, y ahí está.
Hurgando en los contenedores de basura.
Alto, delgado.
Con una indumentaria de un color
que no sé definir.
Probablemente de mi edad.
Da igual su procedencia.
A grandes rasgos podría ser yo.
De la escena me alejo.
Luce el sol pero es como si a media mañana
estuviera, ya, anocheciendo.
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