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Israel marca el medio año de guerra con la retirada de sus tropas del sur de Gaza

El movimiento se produce antes de la anunciada operación sobre Rafah y en medio del temor a la respuesta de Irán por el ataque a su consulado en Damasco

Seis meses después de los atentados del 7 de octubre: guerra en Gaza, miles de muertos y una paz lejana en el horizonte

AFP
Mikel Ayestaran

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El ejército de Israel anunció la retirada de sus tropas de combate del sur de Gaza el día en el que la guerra en Gaza cumplió seis meses. El movimiento coincide con los preparativos para el asalto a Rafah y el estado de máximo alerta en el que se encuentra el Estado judío ante la respuesta que espera de Irán tras el ataque al consulado iraní en Damasco de hace una semana, en el que mataron a siete altos mandos de la Guardia Revolucionaria. Con esta salida de las fuerzas del sur, Israel mantiene una brigada en el interior del territorio palestino encargada del llamado Corredor Netzarim, clave para realizar operaciones en el norte y centro e impedir el regreso de los civiles a sus casas en el norte. Este corredor tiene un gran valor estratégico porque parte la Franja en dos.

El Ejército recurrirá a partir de ahora más a «operaciones puntuales basadas en Inteligencia», como la que realizó recientemente en el hospital Al Shifa de la Ciudad de Gaza, porque las considera más efectivas. La 98 división del ejército ha permanecido cuatro meses desplegada en Jan Yunis y su salida fue complicada porque perdieron cuatro hombres en una emboscada de los milicianos de Hamás.

Jan Younis es la cuna de Yahya Sinwar y Mohamed Deif, los dos líderes de Hamás más buscados, y los combates contra los batallones islamistas han sido muy duros porque se trataba del gran bastión para este movimiento considerado terrorista por la Unión Europea y Estados Unidos. El número de bajas entre los militares en los diferentes frentes abiertos se eleva a 604 desde el ataque sorpresa de Hamás del 7 de octubre.

Los medios palestinos recogieron la retirada del enemigo como un paso previo a la operación contra Rafah, ciudad fronteriza con Egipto en la que han encontrado refugio 1,5 millones de personas. La salida de las tropas de Jan Yunis permitiría la creación de zonas a las que poder reubicar a los civiles antes de poner en marcha el asalto contra el último bastión que le queda a Hamás y donde podría contar con unos 4.000 milicianos y una extensa red de túneles.

Respuesta de Irán

A Israel se le multiplican los frentes y desde que el lunes bombardeara el consulado iraní en Damasco, ha elevado la alerta ante la esperada respuesta de la república islámica. Teherán clama venganza por el golpe más fuerte sufrido por su cúpula militar desde el asesinato del general Suleimani en Bagdad en 2020. Algunos analistas locales enmarcaron la salida de las tropas de Gaza en la necesidad de reorganizar a las fuerzas para hacer frente a esta amenaza. El ministro de Defensa, Yoav Gallant, declaró a los medios que «ya hemos preparado para dar una respuesta ante cualquier escenario que se abra con Irán». La república islámica nunca ha atacado de manera directa territorio israelí, pero cuenta con aliados en el Eje de la Resistencia como Hizbolá, en Líbano, los hutíes, en Yemen, o las milicias chiíes, en Irak, con capacidad de golpear a su enemigo y a Estados Unidos en la región.

Los dirigentes iraníes claman venganza y Yahya Rahim Safavi, asesor del Líder Supremo, Ali Jamenei, declaró a la agencia Isna que las embajadas de Israel en todo el mundo «ya no son un lugar seguro». El viernes el Estado judío cerró varias legaciones como medida de prevención.

Más de 33.000 muertos

Hamás e Israel retomarán en las próximas horas la negociación indirecta en El Cairo, pero en estos seis meses la diplomacia no ha logrado encontrar una salida a la guerra. Desde que el 7 de octubre Hamás matara a 1.200 israelíes y secuestrara a más de doscientos en las bases militares y comunidades vecinas a la Franja, la venganza del Estado judío se ha cobrado más de 33.000 vidas, de ellas más de 13.000 niños, según los datos de UNICEF.

La presión externa e interna aumenta en torno a la figura de Benjamín Netanyahu, pero el primer ministro no varía su apuesta por el uso máximo de la fuerza como estrategia para conseguir la liberación de los 130 cautivos que podrían quedar en manos de los grupos palestinos y matar a los líderes de Hamás que idearon el 7 de octubre. Pasan las semanas y estos dos objetivos no se cumplen n una Franja sometida al bloqueo por tierra, mar y aire y donde Israel «recurre al hambre como arma de guerra», en palabras del jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, que acusa al ejército de convertir la Franja en «el mayor cementerio del mundo».

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