Nada de nada
El vacío general abarrota las maniobras de la Centuria Romana mientras un Armao besa a su madre en el hospital
Pueden juntarse el cielo y la tierra, abrirse el mundo en dos, llover a mantas y frustrarse todo, pero siempre está en su sitio la Esperanza. La cola del paraguas es un barrunto de la hora nona. A las tres de la tarde todo está ...
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