Opinión
Hugo Famanía.
¡No se trata del truco de un ilusionista! ¡Solo crée le…deja de lamentarte y comienza a bailar!
MISIÓN: ¡la Estatua de la Libertad desapareció! Fue el espectáculo montado por el ilusionista David Copperfield en 1983, ante una muchedumbre presente y millones de telespectadores. Era como hacer posible un imposible. Y, aunque espectacular, sólo se trató de una ilusión, porque en medio de enrevesados trucos de cortinas y luces, la Estatua nunca dejo de estar donde estaba. Pero, qué bueno es saber que hay Alguien para quien no hay imposibles y ‘hace nuevas todas las cosas', sin necesidad de trucos. Sí, gracias a Él 'las cosas viejas pasan y todas sean hechas nuevas'. Él hace desaparecer el lamento y lo transforma en baile; por su llaga hizo desaparecer nuestras enfermedades; Él desaparece las rencillas (porque hasta con tus enemigos te hace estar en paz); hace desaparecer la ‘inmoralidad sexual, impureza y libertinaje, idolatría y brujería; odio, discordia, celos, arrebatos de ira, rivalidades, disensiones, sectarismos, y envidia; borracheras, orgías, y otras cosas parecidas' y los transforma en‘amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio'; la necesidad de todo tipo desaparece, porque Él ‘nos prospera en todas las cosas y en salud, así como prospera nuestra alma'. No te aferres a las cosas viejas, deja que Él las desaparezca de tu vida y permítele darte ‘un futuro y una esperanza'. Hoy es el día: ¡decídete a creer y que desaparezca lo que debe desaparecer! ‘Solo cree y Él –Jesús- hará', dice la Palabra. ¡No se trata del truco de un ilusionista! ¡Solo crée le…deja de lamentarte y comienza a bailar!