First Dates

La ambigua advertencia de un comensal que dejó descolocada su pareja

Daniel y Paula tuvieron una cita agradable y distendida y decidieron tener una segunda cita

CUATRO
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«Los solteros de First Dates llevan todo el día pensando solamente en enamorarse». Así anunciaba en Twitter el programa de Cuatro su sesión de este martes. En efecto, mientras haya solteros obsesionados con «encontrar el amor» la permanencia del programa de Carlos Sobera está garantizada. Siendo así, todo indicada a que tendremos First Dates para rato.

El gancho del programa está en la diversidad, en la amplia gama de parejas que intentan enamorarse delante de millones de españoles. Si el espectador pone Cuatro en busca de ternura y de parejas poniéndose ojitos, lo encontrará. Si el espectador, que es lo más común, busca morbo, excentricidad y extravagancias, lo hallará con creces. Y van ya la friolera de 550 programas, una cifra de la que muy pocos formatos pueden presumir.

El primero en comparecer en esta edición fue Daniel, un comercial zaragozano con ínfulas de poeta, que hablaba saboreando y arrastrando las palabras, engolándose en las frases y poniéndole tres adjetivos a cada sustantivo. Al aspirante a poeta, de 34 años, le sentaron a cenar con Paula, una joven estudiante de 23 a la que le echó un poco para atrás la edad de su pareja. «Me defino por mi buen rollo. Soy una persona transparente: lo que ves es lo que es», se presentó la joven. A pesar de la diferencia de edad, su carácter era bastante semejante y compatible, por lo que quisieron darse una segunda oportunidad y volver a verse para conocerse mejor. Cuando los dos se habían dado el «sí, quiero», el zaragozano pronunció unas palabras, de ambigua interpretación, que dejaron alucinada a la joven: «Volveremos a vernos, pero esta cita aún no ha terminado».

Llegó luego otro de los personajes que le dan vida a «First Dates», Tito, un artista homosexual de 37 años. Con una gorra morada cubriéndole la cabeza y una camisa de extraños dibujos, Tito se quedó boquiabierto cuando descubrió que ya conocía a la pareja que le habían asignado, Isaac. Ambos nacidos en Vigo, parecía que se conocían la vida entera del otro. La cena transcurrió con los dos recordando sus experiencias en común, hablando de sus amigos...La velada fue agradable y distendida, e Isaac aseguró querer tener una segunda cita con Tito, algo que el artista rechazó.

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