Volverte a ver

Dos ancianas se reconcilian tras una tremenda discusión y estar a punto de «pegarse con el bastón»

Damiana y Loli hicieron las paces en «Volverte a ver», el nuevo programa de Carlos Sobera en Telecinco

Damiana y Loli, tras reconciliarse ante toda España en «Volverte a Ver»
Damiana y Loli, tras reconciliarse ante toda España en «Volverte a Ver» - Telecinco
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El estreno de «Volverte a ver», el nuevo formato que presenta Carlos Sobera en Telecinco, dejó varias historias de lo más curiosas e interesantes. Una de ellas fue la que vivieron Juan y Nazarena, «Nasa», cuando el joven acudió al programa para formalizar su vínculo con su chica, con la que tenía una relación esporádica y ella le dijo que estaba enamorada de otro chico, aunque el programa dio para mucho más.

Ejemplo de ello fue la historia que protagonizaron dos ancianas de Cuenca: Damiana y Loli, grandes amigas que llevaban varios meses sin hablarse después de que «apareciesen en una película» y Damiana no cobrase el dinero que le correspondía por ello. En ese contexto, Damiana pensó que Loli había cobrado el dinero de ambas y se lo había quedado, insinuación que su amiga no toleró y tras la que dejaron de hablarse. «Me dijo muchas ofensas que ya no le podía perdonar. Entonces fue cuando ya me lié, levanté el bastón para darle y mi hermana me lo quitó», explicó Damiana.

Sin embargo, la anciana reculó y quiso arreglar la situación con Loli, motivo por el que acudió al programa de Sobera. La «emisaria» del mensaje fue Gloria Camila, hija de Rocío Jurado y José Ortega Cano y que acudió al centro de la tercera edad donde normalmente se reúnen para decirle a Loli que había alguien que quería decirle algo. Más allá de la emoción del resto de ancianas del centro —que incluso lloraron al ver a «la hija de Rocío Jurado»—, la visita sirvió para que Loli aceptase el mensaje y acudiese al programa para descubrir quién tenía algo que decirle y cuál era el mensaje.

«Damiana I de España»

Ya en plató, y después de que «Damiana I de España» (como la bautizaron las redes), con su actitud, naturalidad y sencillez se ganase los corazones de los espectadores y le expusiese su caso a Sobera, apareció Loli al otro lado del escenario. Cuando vio las primeras imágenes de la persona que le había llevado hasta allí —solo los ojos—, no reconoció a su amiga. «Parecen los ojos de una persona mayor», dijo sorprendida. Poco a poco, se fue abriendo el plano y fue entonces cuando supo de quién se trataba. «¡Es Damiana!».

Enseguida, la mujer supo por qué Damiana le había llevado ahí. «Me hizo una cosa fea y ahora viene a arrepentirse. Tiene buen corazón, lo único que la boca la pierde», dijo Loli. Ambas comenzaron a recordar todos sus años juntas. «Hemos sido toda la vida puerta con puerta desde que nos parieron nuestras madres», confesó Damiana.

Tras ello, Sobera preguntó a ambas si estaban enfadadas. «El otro día me pasó la bandeja de rosquillas y yo, educada, cogí. Pero no la miré», reconoció Loli, antes de escuchar el mensaje que le dio Damiana. «Loli, ¡cómo nos pusimos las dos! Todas las cosas nos salieron falsamente de la boca, porque ninguna sentíamos lo que nos dijimos», le espetó la anciana, aunque a Loli le costaba dejarle terminar de hablar. «Déjame hablar. No te pongas nerviosa. Tú tranquilita», continuó Damiana, en alusión a los cortes de su amiga.

Aunque la actitud de Loli tenía sus motivos. «Yo no esperaba eso de ti. Participamos en un programa del centro, las dos (la película). No nos pagaron. Entonces, me dijo que qué había hecho con su dinero. "¿Qué dirnero?", le pregunté. El que te han pagado y te has gastado. Eres una ladrona y una puta. Y yo contesté, "Eso serás más tú por edad y por experiencia". Entonces, cogió un bastón y una compañera se lo quitó, porque iba a pegarme», contó la mujer. «Una compañera no, mi hermana Angustias», matizó Damiana. «¿Que estuvo mal lo que le contesté? Vale, pero como ni lo uno ni lo otro me lo dice nadie, me defendí», enfatizó Loli ante una condescendiente Damiana. «¡Y bien defendida! Carlos, ¿por qué no la pones aquí a mi lado?», le preguntó a Sobera, que también presenta «First Dates».

«Hasta me dijiste que me había acostado con tu hermano, el muerto»

Pero lejos de enterrar el hacha de guerra, a Loli todavía le quedaban varias balas en la recámara. «Hasta me dijiste que me había acostado con tu hermano, el muerto. Y juro ante Dios que yo con sus hermanos no he tenido confianza para acostarme», señaló. En ese momento, Sobera, incrédulo ante lo que escuchaba, trató de mediar. «¡Esto parece un combate de boxeo!», asestó.

En cambio, Damiana volvió a dejar claras sus intenciones: «Loli, hemos venido para perdonar, no para sacar más trapos sucios. Esos, se lavan y se tiran. Si vienes a sacar más trapos, me levanto y me voy», dijo, ante lo que Loli, por fin, se ablandó. «La perdono porque la quiero, pero que otra vez no se le vaya la lengua», enfatizó..

Poco a poco, las aguas fueron encauzándose. «¿Cómo voy a estar enfadada contigo, si hasta mi sujetador me lo regalaste tú?», espetó Damiana, tocándose la prenda. «Tenemos que perdonarnos, porque dentro de cuatro días estamos en el Cristo del Perdón de Cuenca (el cementerio de la ciudad), que tengo a mi hija que es entrerradora», confesó. «Eso pega bajón», dijo Sobera, de nuevo atónito.

Finalmente, llegó el momento más esperado, cuando el presentador instó a ambas a que se reconciliasen. «Claro, por mí como si quiere trescientos besos», dijo Damiana, que comenzó a bailar mientras su amiga se aproximaba a ella. «Estás perdonada, pero no quiero que la boca te vuelva a perder», le advirtió Loli, antes de fundirse en un sentido abrazo. «Tú cada vez que veas que va a abrir la boca y a decir algo malo, le metes una rosquilla», le aconsejó Sobera.

Las redes sociales se volcaron con la historia entre las dos ancianas, en especial con «Damiana I de España». «Esta mujer es un amor, con personas así iría mejor el mundo», opinó un "tuitero". Otra usuaria, por su parte, pidió que alguna cadena se fijase en ambas. «Ojalá un reality de ellas en la residencia», escribió.

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