Opinión
Jorge Zuñiga Sánchez.
Es un día de duelo nacional, aunque de a poco su celebración, ha venido perdiendo relevancia en las generaciones del presente
Estamos próximos a conmemorar el 53 aniversario de la gesta del 9 de enero. Una fecha de triste recordación: el sacrifico de la juventud panameña por el rescate de la soberanía total. Hace un par de décadas, de la boca de un Legislador; por suerte, ya venido a menos, brotó esta frase: ‘del patriotismo no se come'. Con semejante blasfemia se pretendía herir de muerte al el espíritu nacional, el que resiste todos los ataques, gracias a la tenacidad y constancia de los patriotas panameños.
Es un día de duelo nacional, aunque de a poco su celebración, ha venido perdiendo relevancia en las generaciones del presente. La masacre de jóvenes humildes de parte de la soldadesca yanqui, resuena como un eco lejano en el tiempo, en la mente de muchos, a lo que poco ayuda el ambiente relajado, que crean los medios de comunicación, presentado como un suceso más de nuestra historia.
Con las letras de Blades, y al penetrante ritmo del ‘guaguancó', los panameños de todas las edades le cantamos a la Patria, al sentir que ella representa ‘tantas cosas bellas'. La patria es un sentimiento profundo que da vida al pasado, le da sentido al presente, y nos prepara para enfrentar unidos, los retos del futuro.
A toda costa, hay que mantener vivo el espíritu nacional, porque es la única energía que nos impulsará a convertirnos en un país del ‘primer mundo'. Sólo trabajando bajo la inspiración de un profundo sentido patriótico, haremos de este pedazo de tierra, regado con la sangre y el sudor de nuestros mártires, una tierra de progreso, desarrollo, equidad e igualdad social, y justicia.
Aquellos que hoy insisten en adormecer la conciencia nacional, persiguen propósitos aviesos. Saben que si la eliminan, se aseguran que la riqueza nacional quedará para complacer las apetencias insaciables de los ricachos. Un canal explotado con criterio mercantilista, les garantiza bienestar económico, sólo para los poderosos. Pero, si se le maneja con espíritu de país, habrá ‘pan y peces' para todos... por siempre. Se equivocó rotundamente, quien de mala fe afirmó, que del patriotismo no se come. ¡Viva el 9 de enero!
Abogado