Cientos de conductores atrapados en la AP-61 debido al fuerte temporal de nieve
Cientos de conductores atrapados en la AP-61 debido al fuerte temporal de nieve - ICAL

Caos en las carreteras por la nieveLa concesionaria de la AP-1 indemnizó por la nevada de 2004 en Burgos

La empresa Europistas pagó el precio del peaje y 150 euros a cada conductor afectado

BurgosActualizado:

La empresa Europistas, concesionaria del peaje de la AP-1, tuvo que indemnizar con el precio del peaje y 150 euros a cada uno de los conductores afectados por la nevada de febrero de 2004. Cientos de vehículos quedaron «embolsados» toda una noche entre Miranda de Ebro y Pancorbo, en la provincia de Burgos, entre el 27 y el 28 de febrero. La asociación de consumidores Ausbanc presentó una demanda civil colectiva por incumplimiento en la prestación de un servicio público, enriquecimiento sin causa y cobro indebido del peaje, aunque la autoridad administrativa había apreciado «fuerza mayor», por lo que no atribuyó responsabilidad alguna a Europistas.

Nevada en Burgos en el año 2004
Nevada en Burgos en el año 2004 - ICAL

La demanda fue parcialmente estimada por la Audiencia Provincial de Burgos, que en julio de 2006 declaró la responsabilidad civil de la entidad demandada y la condenó a indemnizar por el importe del peaje y 150 euros por daño moral a cada uno de los posibles afectados que tuvieran la condición de consumidores finales de la autopista. Europistas recurrió la resolución judicial y esto retrasó la decisión definitiva hasta 2010, cuando el Tribunal Supremo resolvió el recurso de casación.

El alto tribunal sentenció que «la relación contractual entre el concesionario de una autopista y el usuario de la misma impone al primero una obligación de diligencia extremada para garantizar las condiciones de seguridad adecuadas a las características de las vías de aquella naturaleza, concebidas para la circulación rápida de vehículos». Según la resolución del Supremo, en este caso quedaron acreditadas la falta de previsión de las circunstancias climáticas adversas, la insuficiente vigilancia en el punto en que se produjo el conflicto, la insuficiente información a los conductores y la falta de coordinación con la autoridad administrativa. El Supremo coincidió con la Audiencia de Burgos en que las complicaciones meteorológicas no eran imprevisibles en la zona y en la época del año en que se produjeron y habían sido advertidas por las autoridades de tráfico.