
Atrapados y sin ver un solo copo: «Esto es como todo, pueden ser dos horas como pueden ser siete»
Miles de coches y familias pasaron la madrugada del 6 al 7 de enero en la A-6 y la AP-61, carreteras próximas a la sierra que separa Madrid de Segovia
Actualizado:La nieve que pintó de blanco la mañana de Reyes en la provincia de Segovia se ha convertido en enemigo imperturbable con la caída de la noche. Pasadas las 22.00 horas, miles de vehículos han quedado atrapados en la A-6 y la AP-61, carreteras que cruzan la sierra que separa Madrid de Segovia.

En estos dos viales se está viviendo uno de los atascos más duraderos que se recuerdan. Como en «La autopista del sur», aquel célebre cuento de Julio Cortázar, algunos vehículos acumulan cerca de ocho horas inmóviles sobre la calzada. La nieve, la falta de cadenas y la incapacidad de las quitanieves para despejar la carretera se han puesto de acuerdo en una noche que ya es histórica.
Es en la cara norte de la sierra, en su vertiente segoviana, donde se están viviendo las mayores dificultades. Centenares de vehículos se acumulan desde las 22.30 horas junto al peaje atrapados por la nieve (que más tarde sería hielo). El atasco y la intensa nevada ha complicado de manera decisiva el trabajo de las quitanieves. Los efectivos de Fomento no han podido acceder al origen del colapso y los coches se han acumulado.

Sobre las 23.30, el director de la DGT, Gregorio Serrano, publicaba un tweet en el que se mezclaba la información de servicio con el reproche: «Todos los medios disponibles están actuando, pero circular con avisos de temporal de nieve y sin cadenas es temerario y peligroso». Hora y media después se ha movilizado a la Unidad Militar de Emergencia (UME) para trabajar en el rescate de los conductores atrapados. Efectivos de León y Madrid han llegado a la zona cerca de las 2 de la mañana.
Mientras tanto, en la cara sur de la autopista (provincia de Madrid), han padecido retenciones idénticas sin ver ni un copo de nieve en toda la noche. La Guardia Civil ha cortado la A6 en el kilómetro 46 para evitar que más coches se unan al caos junto al túnel que une, y que hoy separó, las dos provincias.
En este tramo de la autopista, cientos de conductores siguen parados desde las once de la noche como invitados a distancia de la nevada. Los vehículos que pretendían llegar a Segovia o seguir hacia el norte de la península esperan a pocos kilómetros del túnel las órdenes de la Guardia Civil. En todo ese tiempo media docena de quitanieves (y más tarde la UME) se han hecho hueco por el arcén. Turismos y camiones siguen inmóviles.

La gente ha comenzado a hacer vida fuera del coche. Hay quien busca ropa de abrigo en el maletero, quien estira las piernas por la cuneta o quien camina hacia la cabecera del atasco en busca de información. La paciencia escasea y un agente ha informado a todos los conductores que ha podido: «Nos han dicho que hay para 4 o 5 horas, que hay un par de camiones cruzados y que las grúas no pueden pasar. Yo no me puedo tomar un café, pero ustedes no tienen por que estar aquí si no quieren», ha dicho ofreciendo un camino alternativo para salir de allí, aunque insuficiente para alcanzar su destino.
Muchos coches llevan un rato largo con el motor apagado, pues la gasolina no es infinita. Solo se encienden los coches para entrar en calor y, como mucho, cargar el móvil con el mechero interior. El silencio fuera resulta inquietante. «Esto es como todo —ha dicho el mismo agente voluntarioso a varios conductores preocupados, pueden ser dos horas como pueden ser siete». Está más cerca de lo segundo que de lo primero. Y todo sin ver un solo copo.
