Opinión
Contra las Cuerdas de El Siglo del 6 de enero del 2018
En los tinglados que se encienden todas las mañanitas, la esquina de Pablo Pueblo está recibiendo fuertes combinaciones de zurda en medio de los herbazales, donde el Kid Alimaña hace festín.
El pleito lleva meses y con las lluvias se ha crecido conectandofuertes ganchos a la parte media de los trompadachines, que no logran levantar cabeza en medio de la paliza.
El pleito lleva meses y no hay quien tire una guira para salvarlos del fuerte castigo, sobre todo en los coliseos que están hechos con madera de nogal. En ese mismo pleito, también pinta el trompadachín mopero, quien se ha arropado con la manta de la invisibilidad y ya nadie lo ve por alla, a pesar que algunos cuadriláteros parecen paisajes lunares sacados de revistas de la Nasa.
Expertos del deporte ven con preocupación la situación en estos coliseos populares que han sido olvidados y que requieren de una atención pronta de los promotores del deporte.
En tanto, en las graderías hay inquietud sobre lo que podrá pasar en los asaltos venideros sino mejora la cartilla fría que está azotando la comunidad deportiva.